En 1980, el maestro Dugu Choegyal Rinpoche de la comunidad tibetana de Tashi Jong, le transmitió a Joanna Macy— iniciadora y árbol madre del Trabajo que Reconecta— una profecía que hacía referencia a la llegada de un tiempo de colapso, la Profecía Shambhala. En este tiempo, los grandes poderes del mundo utilizarían todos sus recursos y toda suerte de armas letales para destruirlo todo. Ese sería el tiempo en el que emergería una legión de guerreros y guerreras Shambhala, seres que encarnan el bohdisattva: el corazón sin límites. –Tod@s tenemos la capacidad de convertirnos en Guerrer@ Shambhala–, le decía el maestro. Solo necesitamos volver a nuestra tierra interna para encontrar las dos «armas» con las que ell@s entrenan: la compasión y la comprensión profunda de nuestra interdependencia.
Cuando estamos ante una crisis, ambas son tan necesarias como el oxígeno. Por eso volvemos al recuerdo de nuestros Laboratorios de Verdad y Reconciliación en el Vientre de la Madre Tierra, procesos que nos revelan nuestra verdadera naturaleza, abriendo de las nociones estrechas de nosotros mismos y llevándolas mucho más allá de nuestros roles sociales o identificaciones políticas. Hemos ido tejiendo una «Red para los Tiempos de Tormenta«, una red biodiversa de Guerrer@s Shambhala de distintos territorios, con heridas distintas, con una multiplicidad de regalos para poner al servicio del mundo y con un enorme amor por el cuidado de nuestra Madre Tierra. Juntos y juntas hemos podido caminar hacia la incertidumbre sin caer en el pánico o en la parálisis.
Guerrer@s Shambhala y su Red para los Tiempos de Tormenta – Trabajo que Reconecta (TQR)
«La incertidumbre es la que te mantiene viv@; es la que te mantiene alerta y que te invita a buscar recursos espirituales más profundos, a fortalecerte en tu intención de trabajar por un mundo mejor.» – Joanna Macy
Tejer esta red ha sido un proceso de sembrar cuidado y de abonar la paz-ciencia. Nos hemos ido enfrentando, poco a poco, a nuestras verdades: las que nos enorgullecen y las que nos asustan. Este ritual de paso profundo nos ha permitido sostenernos en el tiempo y también transformar nuestras prácticas cotidianas para regenerar cada vez más nuestro mundo, y para que éste nos pueda sostener y ser sostenible. Tejer esta red, ha sido también tejer una nueva historia y sentir la fuerza del Gran Giro que nos pide la Tierra con clamor, y hacia el cual vamos caminando juntos y juntas.