El Juego y el Teatro Social
El uso del juego y otros lenguajes del teatro
El juego es parte esencial de nuestro trabajo ya que nos ayuda a explorar nuestras historias usando los lenguajes simbólicos del cuerpo, el movimiento, la improvisación. El juego teatral transforma y nos invita a la acción y a la creación de nuevas realidades convirtiéndose en un medio para reconstruir la historia.
El juego nos conecta con nuestra espontaneidad abriendo las puertas de la imaginación, por eso es la manera más orgánica de conectarnos ya que desde niños todas y todos aprendimos a hablar, a gatear, a caminar y a socializar jugando. Es el juego en donde ensayamos nuestra identidad a través de permitirnos todas las identidades posibles.
Juego y teatro
El teatro es un juego simbólico con ciertas reglas, es un juego que se hace todos los días, pero no se es consciente de ello. Las personas que participan en nuestros talleres no necesitan tener ninguna experiencia teatral ya que conjuramos la experticia que tienen en sus propias vidas para crear escenas de problemas que no sabemos cómo resolver y juntas imaginar cómo transformarlas.
Nuestro deseo es utilizar diferentes metodologías que nos ayuden a reconectarnos con la naturaleza de un lado y con nuestra humanidad del otro. Queremos facilitar el despertar de nuestros sentidos para así: sentir lo que se toca, escuchar lo que se oye, observar lo que se mira, estimular varios sentidos, entender lo que se dice y se oye. Y finalmente activando nuestra imaginación transformar lo que no nos gusta de las realidades exploradas.
Teatro y Cultura de PAZ
Dada nuestra historia de violencia en Colombia el conflicto ha sido visto como algo negativo y generalmente violento, razón por la cual, se niega, se oculta, se expulsa de todos los escenarios sociales y por supuesto, no se transforma. El teatro permite reconocer el conflicto, para comprenderlo, sentirlo y vivirlo teatralmente reconociendo su belleza y su poder transformador. Al teatralizarlo, se le da al conflicto el papel protagónico que merece, permitiendo una perspectiva positiva y creativa del mismo. De otro lado, el teatro permite visualizar con más claridad las violencias en plural y no en singular, y de esta manera des-guerrerizar el conflicto. Es decir, comprender que la violencia no está atada solamente al conflicto armado y que hay violencias cotidianas tan letales como la confrontación armada..
El teatro es entonces una alternativa no-violenta a las violencias, en tanto, aunque se ensaye la violencia, el ejercicio teatral permite el reconocimiento del otro/de la otra, abre la mente para el uso de la palabra e incita al diálogo emotivo, permite comprender lo positivo del conflicto, recupera la esperanza y ensayar la no-violencia.
Finalmente, el teatro es teatro comunitario porque se pone al servicio de la visibilización de las historias de la gente para que en común-unidad se transformen y se re-signifiquen. Entendemos como Augusto Boal y Paulo Freire que a la comunidad no se le aconseja, no se le dice qué debe hacer. Con la comunidad se dialoga para que sean ellos y ellas quienes descubran sus opresiones y para que a través de acciones dialógicas de carácter estético transformen dichas opresiones en tanto ellos y ellas son expertos en dichas opresiones y son quienes podrán transformarlas.