“No queremos una verdad que profundice los odios y los sentimientos de venganza, sino una verdad que nos abra a tener compasión de lo que nos ocurre como país, con nuestras 8 millones de víctimas. Es una verdad para construir juntos un nuevo país.”
Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad
¿Qué es la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición?
La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (La Comisión de la Verdad) fue creada por el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, entre el Estado Colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc-Ep, firmado en noviembre de 2016.
Es una institución del Estado de rango constitucional, independiente del gobierno, autónoma, que durará tres años. No tiene facultades judiciales, es decir, no puede juzgar ni condenar a nadie; y tampoco es la entidad encargada de la reparación a las víctimas. Está compuesta por 11 comisionados y comisionadas escogidos por un comité independiente en el que participaron tres expertos internacionales y dos nacionales.
Hace parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR), junto con la Jurisdicción Especial para la Paz, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
Una oportunidad histórica
La Comisión considera la verdad como un derecho de los colombianos y colombianas, y como un bien público necesario para que se profundice la democracia de esta y las próximas generaciones. El conflicto armado ha dejado una secuela de mentira, ocultamiento y silencios forzados que alimentan la zozobra, el desamparo, la incertidumbre y la fragmentación de la sociedad. Por ello La Comisión velará por la apropiación colectiva tanto del proceso de construcción de verdad, como del informe que se presentará en el tercer año. Ambos serán un legado para las víctimas y la sociedad.
¿Cuál es su mandato?
La Comisión tiene como objetivos:
1) El esclarecimiento de la verdad del conflicto armado interno.
2) El reconocimiento de las víctimas, de las afectaciones y violaciones a sus derechos; el reconocimiento voluntario de responsabilidades individuales y colectivas; y el reconocimiento por parte de la sociedad sobre lo sucedido.
3) La promoción de la convivencia en los territorios.
4) La contribución para que el conflicto armado no se repita.
Una verdad desde los territorios
La guerra ha dejado miles de muertos, huérfanos, gente sin tierra, desaparecidos y secuestrados, mutilados, mujeres víctimas de violencia sexual, entre otros. Al menos nueve millones de colombianos y colombianas han sido víctimas y están en todo el país, y en el exterior. La Comisión no podrá oírlas a todas ni acudir a todas partes. Se concentrará en los lugares donde hubo más sufrimiento y también donde hay más silencios. Para ello ha dividido al país por zonas para atenderlas de cerca. Esas regiones son las siguientes:
1) Región Caribe e insular.
2) La Costa Pacífica.
3) Antioquia, Córdoba y la región cafetera.
4) Región surandina: Valle, Cauca, Nariño y Putumayo.
5) El Magdalena Medio.
6) El noroeste: Santander, Santander del norte, Arauca, Casanare.
7) Región central: Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Huila.
8) El suroriente: la Orinoquía y la Amazonía.
9) Bogotá, D.C.
10) Los resguardos indígenas, de comunidades negras, palenqueros, raizales y cumpañas.
11) Los colombianos y colombianas que tuvieron que salir al exterior por razones del conflicto.
En cada una de estas regiones habrá oficinas regionales a las que hemos llamado Casas de la Verdad. Desde ellas se desplegarán equipos móviles que estarán en los territorios escuchando a la gente y también en el exterior.
Coordinación nacional y regional
Las actividades que se promuevan desde las Casas de la Verdad tendrán un carácter participativo para la documentación de casos y la activación de procesos de reconocimiento o convivencia, en perspectiva de la no repetición de la guerra.
La Comisión tiene tres grandes desafíos éticos:
2. Reconocimiento: identificar víctimas y responsabilidades:
Se trata del Reconocimiento por parte de la sociedad de la gravedad de lo acontecido, de los responsables directos e indirectos de tales hechos, y de la dignidad y los derechos de las víctimas. Los responsables van voluntariamente a la Comisión y reconocen libremente el daño que causaron y contribuyen con la aceptación abierta de sus responsabilidades a sanar las heridas de la guerra. La Comisión propiciará el acercamiento entre las víctimas y quienes, de una u otra manera, participaron en el conflicto armado para fortalecer la confianza colectiva. Quienes participen del esclarecimiento de la verdad (sean excombatientes, empresarios, políticos, líderes sociales, víctimas, etc.) deben saber entonces que este proceso está orientado por un espíritu de comprensión y que, por tanto, el objetivo no es juzgarnos o castigar - por eso esta la JEP -, sino entender lo que nos pasó”.
3. Fomentar la Convivencia y la No Repetición:
El tercer desafío ético es de fomentar la Convivencia y la No Repetición, en el entendido de que “la convivencia no consiste en el simple compartir de un mismo espacio social y político, sino en la creación de un ambiente transformador que permita la resolución pacífica de los conflictos y la construcción de la más amplia cultura de respeto y tolerancia en democracia. Para ello promoverá un ambiente de diálogo y creará espacios en los que las víctimas se vean dignificados, se hagan reconocimientos individuales y colectivos de responsabilidad, y en general se consoliden el respeto y la confianza ciudadana en el otro, la cooperación y la solidaridad, la justicia social, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, y una cultura democrática que cultive la tolerancia, promueva el Buen Vivir, y nos libre de la indiferencia frente a los problemas de los demás.” (Decreto CEV 588 - artículo 2 - punto 3).
1. El Esclarecimiento de la Verdad:
Los y las Comisionados están llamados a escuchar las verdades de todos los sectores de la sociedad, pero especialmente las de las víctimas. El desafío central es reconstruir la verdad que emerge de su dolor, oír sus voces sin intereses ideológicos y buscar las narrativas que aún no han sido escuchadas. El objetivo de la comisión es la verdad humana, no la jurídica: los comisionados no son inquisidores, jueces o magistrados que dictan sentencias. Lo que buscan es la verdad histórica y social de lo ocurrido; quiere descifrar las motivaciones y las condiciones regionales que hicieron posible la guerra. Entender qué es lo que hay en nuestra cultura que nos ha permitido violentar al otro y a la naturaleza.
La Comisión utiliza además algunos enfoques transversales:
a) un enfoque étnico, que busca reconocer y asumir las diferencias culturales, las cosmovisiones, las dinámicas y las organizaciones de los pueblos indígenas, afrodescendientes, Palanques y Rom. Y, para el caso de la búsqueda de la verdad sobre el conflicto armado, implica consultar a dichos pueblos y a sus autoridades, su versión sobre lo acontecido con ellos a lo largo del conflicto, el impacto en sus condiciones y proyectos de vida, en la posesión y las relaciones con la tierra, en sus organizaciones yen sus relaciones con el resto de la sociedad.
b) un enfoque de género, que tratará de visibilizar específicamente la violencia contra las mujeres, la discriminación estructural y los patrones que contribuyen a explicar la violencia contra y la discriminación de las mujeres. Se ha identificado por ejemplo que un patrón del conflicto ha sido conquistar los territorios primero conquistando violentamente los cuerpos de las mujeres.
Complementariamente, considerará también un enfoque centrado en la diversidad sexual, y la población LGTBI.
c) un enfoque psicosocial, que comprende las dimensiones e impactos psicológicos y emocionales del conflicto y el respectivo cuidado de las víctimas.
d) un enfoque cultural y artística, dejándose guiar por las siguientes preguntas:
• ¿Qué hay arraigado en nuestra cultura (valores, costumbres, hábitos, etc) que nos ha llevado a esta guerra?• ¿Qué daño le hizo la guerra a la cultura?• ¿Qué hay de bueno que nos ha permitido resistir o negarnos a la guerra? ¿Cuales han sido las fuentes de resistencia y de cuidado de la vida?• ¿Qué floreció en medio de la guerra (los lenguajes del arte para expresar y sanar)?